Las voces que claman la desesperación,
Esconderme lejos ya no se podrá,
Ya han puesto casa en el interior.
Hoy pudiste acompañarme y juntos reír,
hoy te pude regalar sonrisas que nunca comprarás,
quitarle a la vida un largo día gris,
hacer de un momento algo para siempre recordar.
Solo me quedan estrofas para recordarte,
hay tantas memorias que dejar atrás,
iré a visitarte esta misma tarde,
quédate dormida, no vayas a escapar.
Llevo flores amarillas en una mano,
y en la otra varias cartas de amor,
este es otro intento mas en vano,
pues mi querida ya falleció.
Podrás descansar por siempre,
ten paciencia, pronto nos volveremos a ver,
si es verdad lo que aun sientes,
nadie nos lograra detener.
No llores que esto solo esta por empezar,
nos queda mucho por vivir,
seca tus lagrimas y espérame allá,
llegaré y te buscaré a ti.
Toma tus flores, son todas tuyas,
toma mi vida, que es solo una,
toma todo mi querida difunta,
toma todo y llévame a la Luna.
De: Carlos Ignacio.