sin dejarme comprender el por qué de su existencia,
jamás había experimentado tal asombro,
ni saboreado ese encanto que por sus labios vagaba.
Tras un inesperado beso me hice adicta a su ser
afirmando mis pensares sin poder decir más,
callando dudas que revelaban mis ideas,
perfeccionando un decir sin palabras.
Tras un inconfundible sentir hallé su mirar
la vanidad regresó a mi espejo tras mi sed de soñar,
de nuevo mis labios pintados y mis mejillas rojizas,
seré amante del sabor de su piel.
Al pasar del camino sé tornearán nuevas dudas
aniquilando quizá cualquier rastro de mi piel,
despojando mi sed de reír y quizás de sentir
miradas deslumbradas comprimiendo la belleza.
La piel sedosa reencarnará en nuevo ser
delirio de ojos obscuros,
frialdad que agobiará el final de esta historia.
De: Sarahy Velazquez.